...La silueta de una inmensidad de pensamientos...

Mateo


Mientras peino con mis lágrimas estos cabellos negros
Mientras cuidan con sus manos este vientre malherido
Miro al cielo por consuelo porque ya te siento lejos
Desde esta camilla en la que mi alma pende de un hilo

Fue tan corta tu estadía, tan concisa tu visita
Y aún así has trastornado y volteado nuestras vidas
Tanto amor fructificado entre brisas y sonrisas
Que cuando pienso en ti recuerdo a Quién formó tus manitas

Hoy quiero hacerte melodía, hoy quiero hacerte canción
Aunque con costo el alma mía tenga respiración
Hoy quiero darte bellos versos, los de mi corazón
Los que nunca podré cantarte hasta volver con el Creador

El tiempo rasga cada uno de estos tediosos días
Tan abiertos y tan densos, sumidos en perplejidad
La duda agreste y cruel atiende desgarrando las horas
Solo invitado habla: el sabor de la eternidad

En cada noche, en cada sueño se debaten las ideas
Los criterios, las teorías y los falsos consuelos
No lo entiendo, solo clavo en mi pecho este duelo
Hasta que me levante la Luz de tu verdadero Dueño

Hoy quiero hacerte melodía, hoy quiero hacerte canción
Porque aunque no escuché tu risa, sí escuché tu corazón
Nada importa, nada quiero, nada será igual aquí
Pero mi consuelo eterno es que nunca, nunca vas a sufrir

Fabiola Chaves Jiménez
Marzo 2024


Semiosis de la cotidianidad


Semiosis cotidiana y algo ingrata

que gusta alimentarse de alerta sin más

que se place en que la acción más vana

inquiete aún a los corazones nobles.


Aunque, bien, no sé

si se trata solamente de ella

o si es, más bien, algún otro espíritu

que con su presencia susurra

que con su saber enseña

solo a aquellos que en el silencio

y en la quietud lo saben esperar.


Pero esta duda y estas ansias

necesitan con apremio aprender a mirar.

Porque la acción más vana satura, entorpece

a una mente inquieta, a un alma amada

que solo añoraba lograr amar. 


03/05/2023

Rojo


El rojo en mi ventana me llamó y yo escuché...

antes de que las almas despertaran y el pecado continuara su jornada.

Antes de que las alarmas llamaran a la productividad,

esa vana que viste de propósito,

que soborna con sonrisa monetaria

a una multitud sedienta de sentido.



Desperté.


03/2021



Ni siquiera una mirada



Ni una mirada más, a una de tantas vidas falsas

Ni un solo comentario a la banalidad

Ni un solo gesto a la normal locura

La autenticidad las esperaba un tiempo atrás


Si acaso alguna risa, y de ironía desmedida

Al hedonismo cotidiano, a esto que llaman hogar

Si acaso alguna risa, porque el llanto tiene prisa

Por el absurdo trajín de la desesperada ciudad


Dame una lágrima y abrirás mis ojos

Dame un motivo y mi alma vendrá

Dame una duda y quebrarás mi silencio

Dame un hecho y mi aliento saldrá


Ni tan siquiera una mirada,

Un segundo está de más

Ni tan siquiera un comentario, 

Que el ocio quiera devorar


Aunque con brillos y estrategias,

Con burdas frases y destrezas

El anzuelo que se lanza, 

Quiera venir a hacerme sangrar

Yo no vivo para halagos

Ni tan siquiera amor extraño

Una misión ya ha sido dada

Vivo para la Verdad


Fabiola Chaves Jiménez

2022


Porvenir




Aquel soñado, aquel bendito
Ahora conflicto, ahora real

Aquel futuro, aquel lejano
Ahora en frente, ahora leal

Camino blanco, nuevo hogar
Lo incierto, morada
Soledad, armadura

Aquel futuro suspira cansado
cansado de esperársele ideal

¿Qué temer? ¿Qué guardar?
Llega, calla y hace callar
Dormido está, dormido está.


Fabiola Chaves Jiménez
2016

¡Qué alivio!






¡Qué suerte! ¡Qué alivio!
Que bajo estos árboles las raíces se abrazan
No es lo mismo saberlo que sentirlo


¡Qué suerte! ¡Qué alivio!
Que exista esa calidez de ideales análogos 
Grata compañía de soledades quisquillosas

¡Qué suerte! ¡Qué alivio!
Ver ambos el vacío, ver ambos el azul
Sentir ambos el cariño, disentir ambos, la invención


¡Qué suerte! ¡Qué alivio!
Que bajo estos árboles, raíces se abrazan
No es lo mismo creerlo que vivirlo

¡Qué alivio!



Fabiola Chaves Jiménez
30/08/2015

Quiero





Quiero azul, mundo verde.
Quiero ver, poder quererte.

Murmullos,
murmullos,
murmullos.

Silencio quiero,
quiero acabar.
Té, quiero.


Fabiola Chaves Jiménez



Corazón sano




Hay tantos placeres en la vida, pero ninguno de ellos como ese,
el de tener un corazón sano;
uno que haya perdonado y se haya redimido,
que olvide pronto las traiciones y sea capaz de entender la condición
que todo ser humano viste cada día.

No encuentro cosa alguna como esta, la de tener un corazón sano,
 uno que se encuentre capaz de enternecerse y no conmiserarse.
Y no digo que ignorar las desdichas o dolores sea la cura al corazón,
porque ignorar no sabe él, solo posponer; sino que al haber sanado, al haber crecido,
el caminar es más ligero y el vivir es más ameno.

Solo espero no equivocarme, pensando que puedo hacer bien a quien me ha hecho daño,
pensando que puedo dar a quien me ha quitado. Porque no hay mejor cosa que tener un corazón sano, que enfrente la realidad fortalecido por hostilidad, satisfecho de cicatrices, apacible en naturalidad.


Fabiola Chaves Jiménez
2015


¿Por qué?


Astuta vida y su sigilo
planteando irremediable duda
¿Por qué será posible?

Que el calor humano, fugaz,
tenga tan extenso eco
Que anónimo gesto
estremezca así el alma
Que tres palabras foráneas
recuerden la ilusión

Astuta vida y su sigilo
planteando irremediable duda
¿Por qué será posible?

Incapaz de abandonar el desconcierto
me conformo agradecida.
Gracias por tu cortesía.

Fabiola Chaves Jiménez
2014


Algún día




Entretanto, en este cuarto incierto,
el ave sentencia con su canto.
Titila, solloza, implora;
"pronto llegará Algún día".

Mientras tanto, los libros altaneros se amontonan,
crónicas archivadas cubiertas de celos.
Vacante se concibe el alma;
"pronto llegará Algún día".



Fabiola Chaves Jiménez
04/2014




Así



Así te siento, lejano.
Como pasada la muerte fortuita.
Como aroma que distrae mi afán,
Gardenia que no abre sus pétalos.

Así te pienso,
Con deseable ira, envuelta en perdón.
Fuego que quema impurezas,
sin provocar dolor.

Así te espero.
con insomnio de sueños e ilusión.
Así te espera mi corazón.




2014
Fabiola Chaves Jiménez


Azul




Vacío leve
sobre motas de algodón
suspendidas en la inmensidad.
Azul Marino.

Perenne duda
bajo mil constelaciones,
elevada al firmamento.
Azul Celeste.

Curvilíneas franjas
bordeando nuestro jardín,
arrecifes de tonalidades.
Azul Turquesa.

Gradientes sin pincel
bajo seductora lumbrera
evidencian mi pequeñez.
Azul Grisáceo.

Pendiendo sobre misterios
desdichas, inquietudes,
desprendiendo una a una
cada parte de mi perplejidad.
Azul Eterno.



Fabiola Chaves Jiménez
10/02/2014

Poemas del abuelo Carlos

(Retrato de mi abuelo. Octubre 2011. FCHJ)

La imagen que puse es un retrato de mi abuelo hecho por mí. Siempre quise retratarlo en vivo, pero no me animaba a decirle que quería hacerlo. De repente un día me dije a mí misma que tenía que hacerlo aunque fuese sin que él se diera cuenta. Después de mucho pensarlo lo hice, empecé a dibujarlo con un lapicero en una hoja mientras él veía tele, sin saber que realmente esa era la última vez que lo escucharía hablar, que era mi última oportunidad para hacerlo. 
Siempre recuerdo a mi abuelo en navidad, recuerdo cuando se ponía a contar chistes, tomarse un vinito, y esperar impaciente por la cena a media noche. Esta navidad mi familia se puso a recordarlo, con unos cuantos poemas; decidí poner acá 4 de sus poemas que me gustan mucho. 

Sin título


Yo soy un café; tu café.
Soy una letra; la a.
Yo soy un camino muy corto para vos.
Vos sos la letra e.
Tomemos café.
Alcemos las tasas del querer, hoy en mil
novecientos cuarenta y tres.


Vos

Si yo pudiera poner dentro de tu alma,
un poco del alma de la mía.
Si yo pudiera decir en tus claveles
las rosas del alma de mis días;
si acaso alguna pena.

Si yo pudiera decirte mis angustias
de flores amarillas sin conquista,
sería feliz de guitarras y canciones,
sin mirarte de grande agradecida;
si acaso algún rencor.

Si yo pudiera poner dentro de tu alma,
siquiera un poco del alma de la mía.



Sin título

Relojes suaves de Dalí,
en aquel entonces cuando amaba;
hace tres épocas glaciares.
Y ahora vos enfrente exigiendo respuestas.
¿De dónde?
¿Cuándo?
¿De parte de quién venís?
-Mirá, soy pobre, dejame así quedito.
Gracias por tu gentileza.


Sin título

Sé que estás ahí siempre.

Veo tus ojos por dentro y tu cara
sonriendo por fuera.
Creo que sos mi mano, talvés mi letra,
pero siempre estás ahí, detrás de tus ojos,
frente a los míos.
Quizás estás cantando tu bolero en silencio,
talvés pensás en mi amargura.
¿Qué tal si nos miramos?
¿Qué tal si sonreímos?
¿Qué tal?



Por: Carlos A. Chaves González (4 poemas)



Para vos


(Pintura: El espejo falso. René Magritte)

Si tus pies pisan sus huellas, en vez de acompañarlas
Pensalo tan solo un poco, no te dejés llevar.

Si sus labios prueban los tuyos, antes de compartir una taza de café.
tan solo cuestionalo, unos minutos más.

Si no podés ver dentro de sus ojos, si no podés entender qué dicen,
si no te inspiran lo trascendental, entonces tu conciencia se ha percatado.

Si sus ojos no meditan, no proponen, si no expresan ternura ni anhelo,
y solo buscan sentir y no amar, no confies en sus adulaciones.

Reconciliate con la realidad, aunque hayas disfrutado salir de ella,
buscá estar satisfecha con ella, y no escapar hacia palabras estériles.

Si tus pies pisan sus huellas, en vez de acompañarlas,
Pensalo tan solo un poco, no te dejés llevar.

Si sus labios prueban los tuyos, antes de compartir una taza de café.
tan solo cuestionalo, unos minutos más.



Fabiola Chaves Jiménez
19/12/13

12:30pm

Una taza de té





Quisiera que el sabor del té fuera el sabor de la vida,
que yo misma pudiera endulzarla o disfrutar su amarga sensación.

Quisiera tomar una taza de té y ver que en ella se ahogue la incertidumbre,
que mis dudas se disuelvan con las hierbas hasta desaparecer en su aroma.

Quisiera acompañar una taza de té con la conversación que hace años he esperado,
y que en vez de suspirar, pueda relatar lo que nunca he expresado.

Quisiera que el calor del té nunca acabase y tampoco acabase el calor de los abrazos,
del trato afable, de la palabra sensata, de las miradas nobles.

Pero se hace tarde para endulzar mi té, y las dudas cobijan esta noche
y conmigo la soledad cuenta las heridas de los corazones.




Fabiola Chaves Jiménez
10/12/13 - 4:30 am


Lluvia




Cae, lluvia. Cae ya. Escucho tus pasos que se acercan, se acercan a mí.
Hazme meditar, hazme recordar aquel rostro.

Cae lluvia, viva y suave, hazme sentir que es martes.
Hazme creer que siempre lo será.

Cae lluvia, pero sé gentil. Debo salir en busca de la razón;
aquella pequeña que pensé que estaría donde le dije que aguardara.

Cae lluvia, cae ya. Quiero que tu sonido me abrigue los sentidos.
Quiero que me abraces, y me ayudes a sanar.



Fabiola Chaves Jiménez

Andar en bicileta



¡Claro que se puede! Saber andar en bicicleta se puede olvidar. Podemos pasar por alto nuestras cicatrices, entre tantas emociones, entre tanto ruido. Y por eso escribo: para prevenir una caída más, pensando que sí sabía pedalear, que si sabía utilizar los frenos y que los rodines no eran necesarios ya.


Fabiola Chaves Jiménez
15/11/2013 7:50pm

Uno y otro y otro y otro


Se me salió una lagrimita
una y otra y otra y otra
todas son del mismo color
todas cantan la misma canción

Se me salió una lagrimita
una y otra y otra y otra
mi memoria no se agota
de mostrar la debilidad del corazón

Aquella vez me diste un abrazo
uno y otro y otro y otro
todos me daban el mismo calor
todos cubrían ese débil corazón

Y ahora pasa tan lento un minuto
uno y otro y otro y otro
y cada temblor de labios
y cada oculto sollozo,
cada uno de ellos
se imprimen en mi ser
se imprimen con tu nombre
y me hacen crecer



Fabiola Chaves Jiménez


Rostro y reflejo

Ella conserva una pista que la guía al recuerdo. Lo vio, lo conoció y ahora se pierde en medio de la ternura que su caligrafía le hace sentir. Recuerda su voz, y cada frase que delate las ansias de cercanía.

''Siento lo absurdo de no poder de dejar de pensar en vos'', piensa.

Cada vez que llega, oculta su sonrisa para que no descubran que hay una visita en su corazón. Entra a su habitación, con prisa lanza su bolso al suelo y se dirige hacia el espejo. Intenta recordar lo que sucedió, mirando su rostro, sus expresiones. Se ríe frente a ella misma, se cuestiona, se maravilla, recuerda y conversa con sus ojos, tratando de no sentirse avergonzada.

-¿Qué te ha pasado?
-Te has enamorado- contesta su reflejo.
-¿Será que anhelo compartir mi café?
Su reflejo guarda silencio.



Fabiola Chaves Jiménez

Cercana realidad

Bajo tejidos de colores, estampados de flores
entre una mochila negra y una Biblia rota
aquella mujer conversa sola
cuenta al viento sus derrotas, sus victorias

Entre una frase y otra se descubre entre sus miedos
una niña, una hija que anhela proteger
el viento escucha atento y los rostros temerosos ahí
se distancian de la enigmática charla

Olor a realidad, que incomoda al que esté cerca
que percibe el desvarío de aquella mujer
una de tantas mujeres, una de tantas locas
es olor a realidad que con un viento distinto se va


Fabiola Chaves Jiménez
Julio 2012

No sabemos

¡Gritamos, declamamos con la mente vacía!
Decimos que amamos, pero no sabemos lo que significa amor...
Señalamos todas las mentiras, pero no sabemos definir 'verdad'... 

Aparentamos ser superiores, pero en realidad no sabemos quiénes somos....

¿¿Alguien más lo logra ver??





Fabiola Chaves J

24/08/12

Nuevos caminos

Ese aroma que sacude la memoria,
vuelve a intentarlo, quiere entorpecerme.
Pero queda solo aroma a memoria
y tu ausencia busca conmigo,
y buscamos nuevos caminos.


Aquellos días plasmados están
sollozando cada uno en su malestar
y aquellos días solitarios están,
pues tu ausencia marcha conmigo
y buscamos nuevos caminos.


Atento el verso, saluda sincero
atiende él pero se despide luego.
Queda solo aroma a memoria,
y tu ausencia charla conmigo,
y buscamos nuevos caminos.



Fabiola Chaves J




Pensamientos viejos....




Fue como niñez de absurda ingenuidad.

Fue la afonía de melodías de verdad.

Fue la mirada que me envolvió.

Fue por un tiempo, uno que pasó.

Por eso pensaba,

por eso escribía,

por eso esperaba...








...por vos.

Fabiola Chaves J

Incertidumbre

Y sin mucha resistencia, atiende al llamado al que quiso renunciar; en ese instante salpicado de lo fantástico, esas horas de sensibilidad suceptibles a decifrar enigmas testarudos. Un llamado que no tiene claro lo que busca, mas sabe que debe estar presente; un confidente que supo de conmociones y vehemencia, previos al tedioso descanso.
La duda abarca los años de suspenso, en un rostro neutro y un ser que crece temeroso. El pasado vacila en brisas de secuelas y lecciones, y el futuro vacila entre blancos eternos y grises impalpables. Entretanto, la incertidumbre sigue narrando su sus mudas anécdotas a la ilusión, y juntas cumplen con su turbado itinerario.

Fabiola Chaves Jiménez
6/04/12 - 3:24am

RIP

Mi abuelo? Mi abuelo era poeta; lleno de sentimientos y calidez para aquellos que veían más allá de las duras experiencias que se transformaron en un duro caparazón. Pero se sabía que donde él desnudaba el corazón, era sobre el papel. Además de esa mirada profunda que lo caracterizaba, existía en él un mundo de infinitas letras donde todo aquel que se sumergía en él, se deleitaba con sus anécdotas y conocimientos de historia. Mi abuelo era culto, de personalidad curiosa e investigativa, una persona que nunca encontró en su edad, una excusa para justificar el no aprender cada día más. Él no era comediante, pero aún en los días más negros su humor nos hacía compañía; aún sin fuerzas su escencia nunca la perdió. Mi abuelo tenía buen gusto musical, desde su cuarto de estudio se escuchaban las sinfonías y los boleros que turnaban su participación en medio de las fechas festivas. Él era fuerte, decidido y a veces obstinado, creía en que siempre había una manera de hacer las cosas. Él era mi abuelito, de mirada penetrante y nariz sobresaliente, de cara alargada y cabello gris; ese que me prestaba sus libros con aroma a biblioteca vieja. Ese que me escribió unos versos en mis quince años, y que en medio del silencio ambos disfrutábamos la mutua compañía.

Hoy te despedimos porque Dios te quiso tener a su lado, te despedimos con el más grande amor que se entretejió a través de los años. Te recordamos con un inmenso cariño, sabiendo que después de tanto dolor, Dios te recibió en sus manos.

Grafito viejo



Versos que escondí, solamente hojas de papel amontonadas. Esa afinidad con las primeras y oscuras horas del día sugirió que los encontrara. Sonreí: volví a descubrir las líneas escritas por un joven corazón con ansias de aventurarse. La sonrisa persistió. Sí, más hojas de papel. Letras que destilan impulsos, temor, ideales... Tachones de grafito viejo que juraron acompañar esos ingenuos sentimientos. Sonreí satisfecha, ese joven corazón se había aventurado al fin y se desafía con el más grande reto: la paciencia.

Espejo

Miedo de verte, espejo. De ver un reflejo de preocupación. Lentamente levantando el rostro, como si en ese segundo el temor fuera a desaparecer de la mirada. Mirada preocupada y mente esperanzada. Ojos somnolientos, que quieren y no pueden descansar. Una melodía que empieza, termina y vuelve a comenzar, junto con esa melodía de pensamientos cíclicos; como todo temor que camina sin rumbo fijo, que visita y nunca parte.

Fabiola Chaves Jiménez

Miradas, enigmas


Una mirada anónima, un comentario forastero.
Un momento fugaz, un solo pestañeo.

Una mirada que nos conecta, una mirada distante,
un momento que el destino planeó desde antes.

Mirada que nunca dejará su limitado lenguaje,
pero en medio de su timidez revela lo que hace.

Una mirada distraída que sonríe fascinada.
Una mirada que escudriña, una mirada enamorada.


Una mirada que busca hasta que encuentre
Una mirada que sorprende y entorpece.

Mirada vacilante, un encuentro cercano.
Misterio cautivador, un enigma cotidiano.



Fabiola Chaves Jiménez

17/7/2011 -4:32 pm

La esquina de sus labios

La esquina de sus labios, se eleva.
Ellos, sus labios, atienden el discurso de su corazón.
Sus ojos perdidos siguen el horizonte, imaginario.
Esos momentos resucitan, y la ternura ablanda su semblante.

La esquina de sus labios se eleva.
Y un suspiro de satisfacción lo acompaña.
Como si la realidad hubiera admitido
los anhelos de su imaginación.

La esquina de sus labios se eleva,
esos labios que un día probaron la sal de los infortunios;
que temblorosos vertieron su dolor entre sollozos.
Sollozos ahogados en algodón.

La esquina de sus labios se eleva,
echando un vistazo al pasado,
a esas ridículas ideas de alguien que ha vivido poco,
de alguien que le ha dado a la amargura un lugar.

La esquina de sus labios se eleva, una vez más.
Y el horizonte se vuelve turbio.
El lustro que visita, la conmoción que lo acompaña.

La esquina de sus labios se eleva, por última vez
esperando que la memoria vuelva a suspirar,
y que unos versos más, encuentren espacio en este lugar.



Fabiola Chaves Jiménez
22/03/2011 – 1:09am

Poesía

Hipérboles que arden,
que incineran sentimientos.
Espejos de metáforas que retratan la verdad.
Diarios con versos que esbozan rostros.
Mentes de perenne inquietud.

Sin frases trilladas
sin hostigar un cliché.
Más que exhibir una obra,
es a una necesidad
darle de beber.

Fabiola Chaves Jiménez
11/01/2011 - 7:51pm

Trigo y cizaña


Alguien me persigue,
y la nobleza le conviene
la sutileza es su apellido
y sus disfraces su herramienta

Alguien me persigue,
hay alguien que se acerca
una sonrisa que me llama
un brazo que se extiende

Alguien me persigue
alguien que me quiere

quiere detenerme
quiere destruirme

Pero alguien más me llama
alguien más me busca
alguien que me quiere
quiere protegerme

Alguien que me levanta
me arrebata el letargo
que me presta su arma
y me anuncia la batalla.



Fabiola Chaves Jiménez
10/enero/2011 - 1:10pm



Sístole-Diástole



Frágil y ligero
con un ritmo sincero
golpes que acompañan
tu respiración

Golpes que aceleran
y desaceleran
golpes que esculpen
tu motivación

Sangre que pasea
sangre que retorna
un alma ligera
solo una excursión


Falto de arritmias
y aceleración
sístole y diástole
un quieto corazón


Fabiola Chaves Jiménez
06/ene/2011 - 2:02 am



80 días



80 dias por El Mundo,
80 preguntas que navegan sin arrivar,
80 expresiones que viajan con tropiezos,
80 aventuras que me cortejan al pasar.


Con una maleta que hospeda su ropaje
de rojas hebras y estrecho tejido,
lienzo antiguo con pigmentos de batallas,
manchas que se pierden entre transparencias.


80 días de imprevistos y retrasos,
80 minutos más de viaje en tren.
Un tren que nunca reposa
del tedioso y extenso recorrido.


Con seguridad que no escasea.
Con mesura pasea Fogg.
Sin admirar la belleza que le rodea,
nace el fulminante aventurero .

80 días por El mundo, 80 días más
travesías por aire, tierra y mar
una duda que lleva a embarcar,
pero las ideas le cambian al andar.

Fabiola Chaves Jiménez

Aroma a Café



Una simple esquina,
tan solo una mesa
y un par de bancos
que abrigan historias y verdades.

Un café negro, café de mi tierra,
testigo de caricias y tiernas miradas,
en medio de notas musicales
que danzan con el ventolero.

Dos tazas de café, bebe el tiempo.
Granos de arena que invocan recuerdos.
Dos tazas que vacían los minutos
de ocurrencias y curvos labios.

Un café y una compañía,
un intervalo abierto de serenidad, 

de aromas,
de resaltadas y atentas pestañas.

Sorbos de alegría, de sorpresas,
de cejas arqueadas y mejillas elevadas.
Un atardecer de palabras
que cambian el mundo.
Su mundo.

22/10/2010 – 4:01 pm
Fabiola Chaves Jiménez

Muda Expresión


Las palabras reencarnan
en miserables intentos
de personificar la realidad,
cuando intento describir
aquellos sentimientos.

Sentimientos tan intensos
que despojan al oxígeno de su lugar;
sentimientos tan indescriptibles
que exhortan al cuerpo
a deleitarse en su expresión.

Esos segundos,
donde las imágenes proliferan
y los ansiosos labios
se encadenan a la resignación,
sin articular nada.

Esas sinceras sonrisas
que emergen del corazón,
y se aferran al espíritu.
Esas miradas que conversan,
que exponen al inconsciente,
que cuentan historias
y confiesan afanes.

Ese lenguaje que desintegra máscaras
y que abraza a la certeza;
una amalgama impetuosa
que se percibe sutilmente.

Fabiola Chaves Jiménez
23/06/2010

Re-nacer

 Como dato "curioso" diré que he durado dos horas exactas en escribirlo.

Re-nacer
Fabiola Chaves Jiménez

Los gusanos,
que se alimentaban de mi ser,
han muerto.
Y mi piel se vuelve a regenerar.
El agua limpia vivifica mi alma
y despide la pudredumbre
que se acumulaba dentro de mí.

Logré movilizar mis miedosas manos,
y habilitar mi visión;
estabilizar mis pensamientos
y peregrinar junto a la razón.
Logré superar uno de tantos temores,
enamorada de un sueño,
comprometida con mis anhelos.

Aprendí en la soledad,
donde ninguna ajena opinión
intenta controlar mis acciones;
donde solo es posible un diálogo con Dios.
Diálogo capaz de cambiar una ruta,
de disipar el desconcierto.

He decidido, con paso firme, olvidar

mis infantiles caprichos,
negando la insulsa abundancia,
buscando la escasa autenticidad.

He vuelto a nacer, he vuelto a creer
He aprendido a caer y curar mis heridas
Y he entendido que en la simpleza
se encuentra el placer de vivir

Deseo...

Desear, tan fácil y automático como respirar, tan ilimitado como el universo, tan lleno de ilusiones como un niño, tan normal como la ironía que envuelve a este mundo. Si todo fuera tan simple como desear.

Nueva por aquí

Hace tiempo vengo escribiendo, pero absolutamente nadie lee lo que escribo (bueno, algunas personas han leído fragmentos), y mi amiga Elsa (http://elendoy.blogspot.com/ ) me dio la idea de hacerme un blog. Creo que es simplemente cambiar el lugar donde escribo. La verdad es que no sé que esperar de un blog, ni de mis posibles o no habilidades para transmitir lo que pienso, pero trataré de no ser pesimista. Al fin y al cabo, le guste o no a la gente, cumpliré mi principal propósito que es expresarme. Ya veremos qué pasa.